La sociedad evoluciona y da un paso adelante y luego otro y otro… en estos últimos años se han acelerado tanto que cada vez es más difícil estar a la última y da vértigo los avances se suceden uno detrás de otro y si no estamos pendientes nos quedamos descolgados.
Cuando aparecieron los ordenadores eran “máquinas” que ocupaban gran espacio para hacer cálculos matemáticos y complejos y que pronto se quedaron obsoletos, pusimos al hombre en la luna con un ordenador de abordo impresionante y fue un hito para la ciencia; hoy en día en nuestros bolsillos llevamos teléfonos inteligentes que tienen mayor capacidad de almacenamiento, velocidad y razonamiento que aquel primigenio ordenador “lunático” y no paramos de avanzar.
Espero que no nos estemos obsesionando con la tecnología y la inteligencia artificial. Ojalá que solo sirva para facilitar el trabajo y ayudarnos a mejorar y ser más competitivos en todos los campos, siendo más eficientes y conscientes. Que podamos mejorar en calidad y calidez de vida y no terminar siendo esclavos de la tecnología.
Cuando en 1956 el informático John McCarthy habló por primera vez del término “Inteligencia Artificial” durante la conferencia de Darmouth nunca imaginó que sería el germen de lo que hoy conocemos tras más de 65 años de desarrollo.
La combinación de algoritmos que gobiernen las nuevas máquinas para que tengan las mismas capacidades humanas debe ser ética. Que estén presentes en nuestra vida diaria y nos ayuden y favorezcan en el desarrollo diario, ser más productivos empleando tiempo en el trabajo, poder optimizar los recursos para beneficio de todos, y mientras, que el uso sea responsable; esto será bueno para la humanidad, lo peligroso como suele suceder es que se pueda utilizar para fines ilícitos y perjudiciales.
La IA intenta imitar las funciones cognitivas de los seres humanos con procesos de cálculo y sistemas informáticos procesando con software adecuados para analizar los datos y aprender a tomar decisiones correctas, en base a un aprendizaje de repetición e imitación.
Entre sus principales ventajas podemos destacar la facilidad para la automatización de procesos, reducir el error humano, aportar precisión en los procesos y acciones, potenciar la creatividad y agilizar la toma de decisiones. Entre sus principales inconvenientes podemos apuntar su alto costo en el desarrollo, la falta de profesionales cualificados que sean capaces de manejarla y sobre todo la dificultad de acceso a los datos veraces, para acortar los procesos de auto aprendizaje evitando y minimizando errores.
Siendo claro y sincero, a mí no me preocupa mucho la inteligencia artificial, sino la inteligencia real ya que se han radicalizado los polos y cada vez que vemos grandes logros y avances en ciencia y tecnología o en inteligencia artificial, somos también testigos de atrocidades (asesinatos, violencia de género, guerras, incendios forestales provocados, corrupción, blanqueo capitales, contaminación, explotación infantil o sexual,…) y retrocesos en la inteligencia humana que nos hacen llegar incluso a pensar que si no somos conscientes de esas atrocidades y se ponen límites y se legisla, haciendo cumplir las normas, cada vez nos embrutecemos más, terminaremos por extinguirnos y no habrán servido para nada todos los avances.
Es un gran desafío personal que está en nuestro presente inmediato y que todos tenemos que afrontar como humanidad responsable. No neguemos las evidencias y adaptémonos a los cambios que están por venir para ser más productivos y no perder el tren de la IA. No podemos quedarnos descolgados ya que no vendrá nadie a empujarnos y ayudarnos a subir. Está en nosotros estar a la altura de lo que está por venir. Les animo a todos a informarnos y atrevernos a dar el salto tecnológico que nos depara esta sociedad.
Antonio Luis González Núñez
Presidente de Fedeco Canarias