Balance y desafíos del comercio en Canarias para 2026

Dic 29, 2025 Noticias

El comercio canario ha vivido en 2025 un año de claroscuros. Ha sido un ejercicio de resistencia, adaptación y, en muchos casos, de notable profesionalidad. El tejido comercial del archipiélago ha demostrado, una vez más, que sabe aguantar temporales, ha demostrado madurez y resiliencia, pero también que no puede seguir navegando sin rumbo estratégico si quiere mantener su peso en la economía regional.

Desde la perspectiva de quienes estamos cada día en contacto con empresarios, comerciantes y autónomos, el diagnóstico es claro: el comercio canario sigue vivo, pero trabaja cada vez con márgenes más estrechos, mayor presión de costes y una competencia más desigual.

Durante 2025, el consumo en Canarias se ha mantenido relativamente sólido gracias a tres factores principales. El flujo turístico sostenido, la recuperación parcial del empleo y la adaptación del consumidor al nuevo entorno de precios.

Sin embargo, esta estabilidad en ventas no se ha traducido en mayor rentabilidad. Muy al contrario. Los costes estructurales han crecido a un ritmo superior a los ingresos: alquileres comerciales, energía, transporte, seguridad social, seguros, logística y financiación. A eso se suma una mayor presión fiscal indirecta y una carga administrativa cada vez más pesada.

El resultado es una realidad incómoda. Se vende, pero se gana menos. Y cuando los márgenes se reducen, la inversión desaparece, el empleo se precariza y el futuro se vuelve incierto.

Otro rasgo clave de 2025 ha sido la creciente polarización del mercado. Por un lado, grandes operadores digitales y cadenas internacionales con músculo financiero, precios agresivos y logística propia. Por otro, el pequeño y mediano comercio local, que sostiene el empleo, paga impuestos en Canarias y mantiene la vida urbana, pero compite en una clara desventaja.

No es una cuestión ideológica, es una cuestión económica. No todos compiten con las mismas reglas, y eso distorsiona gravemente el mercado. Mientras unos optimizan impuestos y operan desde fuera, otros sostienen el territorio desde dentro.

2025 ha confirmado algo que ya sabíamos, el comercio canario sigue arrastrando problemas estructurales que nadie ha abordado con decisión. La escasa digitalización real. La dificultad de acceso a financiación. La falta de relevo generacional. La dependencia excesiva del consumo turístico y la sobrerregulación administrativa. Problemas que están bien diagnosticados pero la administración sigue sin ser consciente de ellos, por más planes y estudios que encarguen ya que los comerciantes no piden privilegios. Piden condiciones razonables para competir en igualdad.

Mirando a 2026, el escenario es exigente pero no negativo si se toman las decisiones correctas.

  • El consumo será más selectivo: El consumidor canario será más prudente, comparará más y exigirá más valor por su dinero. Esto favorece al comercio que ofrece cercanía, servicio, confianza y especialización.
  • La calidad será más importante que el precio: La batalla del “más barato” está perdida frente a los gigantes globales. La del mejor producto, mejor asesoramiento y mejor experiencia todavía se puede ganar.
  • El comercio local puede recuperar terreno: Si se apuesta por productos de proximidad, sostenibilidad real y economía circular, el comercio canario tiene una oportunidad estratégica.
  • La digitalización ya no es opcional: No se trata de tener una web, sino de integrar el canal digital en el negocio, gestión de clientes, reservas, comunicación, ventas híbridas.

Si queremos un comercio fuerte en 2026, competitivo y generador de empleo, hacen falta cinco cambios clave:

1. Un marco fiscal y administrativo más sencillo: Menos burocracia, menos trabas y más agilidad.

2. Incentivos a la inversión y la modernización: Ayudar al comerciante a digitalizarse, renovarse y adaptarse.

3. Defensa real del comercio local: No desde el discurso, sino desde las reglas del juego.

4. Formación práctica: Gestión, marketing, atención al cliente, digitalización, idiomas.

5. Visión estratégica: El comercio no es un sector residual, es uno de los pilares de la economía y el empleo canario.

El 2026 será un año más de selección natural empresarial. Quien innove, se adapte y se profesionalice sobrevivirá. Quien espere que el mercado le tenga compasión, no. Canarias no puede permitirse perder su comercio. No solo por razones económicas, sino sociales: Cuando muere el comercio, muere la ciudad.

Desde Fedeco Canarias defendemos un modelo comercial muy claro, necesitamos un comercio fuerte, moderno, rentable y con raíces en el territorio. Porque sin comercio no hay economía local, y sin economía local no hay futuro. También necesitamos un consumidor responsable, consciente y consecuente de sus decisiones de compra para cuidar y proteger nuestra economía y nuestra sociedad al comprar local.

Y ese futuro, está en nuestras manos y aún estamos a tiempo de construirlo.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco Canarias