Parece que no nos terminan de abandonar los calores, aunque ya llueve por estas latitudes, y se notan los efectos del cambio climático del que todo el mundo habla pero del que no terminamos de concienciarnos.
Nos encontramos con tormentas, borrascas y nubarrones que hacen que no se divise el horizonte y las perspectivas no se vean tan claras por las nubes. Lo mismo pasa con la economía y últimamente parece que hay mucho gurú iluminado que se apunta al barco del pesimismo y la negatividad.
Desde que el mundo es mundo hay ciclos económicos –aunque no los hubiéramos descubierto– como las estaciones han existido y debemos adaptarnos a cada uno de ellas para poder seguir caminando, existe mucho agorero suelto hablando de economía y mucho francotirador desestabilizando los mercados para lograr redito político y rendimiento económico por la desgracia de los demás.
Ya sea la guerra en Ucrania; los mensajes de la sinrazón de Putin; las huelgas en Francia; el cambio ideológico del sistema político en Italia o la alta dependencia energética del gas ruso de Alemania; las tensiones políticas en Reino Unid; y lo que esté por llegar que todavía no sabemos. Deberíamos ser conscientes que si las locomotoras se frenan y la economía se ralentiza a nosotros nos afecta de manera automática, aunque sus efectos estén diferidos.
Las previsiones económicas de todos los países con el paso de los meses se van corrigiendo a la baja y la realidad se impone. La inflación descontrolada, los costes de producción disparados, el encarecimiento de las materias primas y la tensión de los mercados nos ponen en una situación muy delicada.
La alta dependencia exterior alimentaria de Canarias contrasta con lo que podría ser un escenario positivo de soberanía energética ya que el viento y el sol de nuestro archipiélago hacen posible que esta crisis la podamos pasar sin que nos afecte, otra cosa es que no estemos preparado energéticamente y que las temperaturas bondadosas nos permitan no tener encendida la calefacción o el aire acondicionado en el invierno. Esa lección debemos aprenderla para en el futuro cambiar el modelo energético de los combustibles fósiles a las renovables.
Que en estos pasados meses la economía canaria se haya recuperado con cifras precovid19, que los últimos datos de la EPA correspondientes a Canarias sean positivos y el turismo remonte, no nos debe distraer de la realidad que se nos avecina y es que las reservas en la actualidad para el invierno-primavera están más de un 25% por debajo de los datos precovid19 y se anuncia el peor invierno de Europa.
La pandemia nos enseñó a ser resilientes y adaptarnos, reinventarnos en muchos casos para poder seguir adelante. No debemos perder de vista esas enseñanzas para poder estar a la altura y dar respuesta a los nubarrones económicos que se aproximan en el horizonte.
Debemos estar esperanzados de que aunque puedan venir malos tiempos, seremos capaces de responder y adaptarnos a la realidad cambiante para ser capaces de capotear el temporal y sortear los nubarrones económicos que se avecinan. Debemos tener confianza de que entre todos saldremos adelante.
Antonio Luis González Núñez
Presidente de Fedeco Canarias