Cuando en el año 2013 el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife planteó realizar la iniciativa “Ven a Santa Cruz”, la postura de aquellas asociaciones integradas en Fedeco Canarias ya generaba muchas dudas sobre si la ciudad tenía el músculo suficiente para ser capaz de poderla mantener en el tiempo, teniendo en cuenta que el perfil de Santa Cruz de Tenerife siempre ha sido de una ciudad enfocada al comercio, el turismo hasta que perdió la pujanza económica y comercial en el momento en el que el perfil de los consumidores cambió. Pero nunca una ciudad abierta los fines de semana ya que el residente salía de la ciudad los fines de semana para irse al norte y al sur de la isla.
Cambiar esa cultura era un objetivo muy ambicioso que debía calar en los residentes y eso llevaría una inversión de mucho tiempo y dinero. Otros colectivos empresariales apoyaron a pie juntilla la iniciativa sin pararse a valorar siquiera, sólo por el interés particular de sus socios o el rédito político y la obtención de ayudas públicas por aplaudir.
Nuestra postura iba más encaminada a alargar la transición comercial, al ocio durante la tarde de los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos, debido a que la ciudad estaba ya abierta y era más fácil hacer acciones de dinamización que realizaran la transición comercial al ocio facilitando que bares, cafeterías y restaurantes cogieran el testigo dejado por el comercio tras el final de la jornada laboral.
Iniciativas culturales, musicales, deportivas, infantiles, juveniles y de dinamización comercial eran más fáciles de realizar, ya que laboralmente no implicaba pagar horas extras en domingo y festivos, facilitando el descanso y la conciliación del personal, siendo la rentabilidad mayor y pudiendo asumir los gastos adicionales. La ciudad no quedaba desierta, se mantenía el consumo y se alargaba la vida nocturna de la ciudad.
Otro aspecto que no se ha tenido en cuenta, es que los comercios buscan rentabilidad y si estas iniciativas no van aparejadas con una visita masiva de clientes y el consecuente efecto positivo en las cajas no resulta interesante la apertura dominical. La experiencia durante estos años previos nos dice que aunque se hiciera ese esfuerzo por parte de la administración no resultaba atractiva para los comercios.
Años después, la evolución de esta iniciativa de apertura comercial del primer domingo de mes, bajo toda clase de excusas temáticas, se ha demostrado que no ha sido capaz de crear sinergias tractoras que vayan más allá del cuadrilátero compuesto desde la Alameda del Duque a de la Plaza del Príncipe y desde la Plaza de España hasta la parada del Tranvía del Teatro Guimerá. Siendo la densidad comercial de apertura inferior al 50% en esa zona de muchas de las iniciativas domingueras, según datos oficiales del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
Tras nuestras consultas hemos podido constatar que las cajas del domingo por la mañana no eran significativas y esos ingresos incluso se restaban del importe total de la semana. Además, la afluencia de público a las actividades duraba hasta que a mediodía; la gente partía a almorzar a las zonas del norte de la isla y no se quedaba en el municipio.
El Santa Cruz de Tenerife de antaño que todos añoran tenia importantes polos de atracción comercial, ejes comerciales que se dejaron morir, destacando entre otros, la Avenida de Venezuela, Rambla Pulido, Calle de la Rosa, Cruz Verde, San Francisco o Méndez Núñez, aparte de los ejes principales de El Pilar, San José, Calle del Castillo, Imeldo Serís, Plaza de La Candelaria o Villalba Hervás y pasear y ver los escaparates de aquellos establecimientos punteros de la capital.
Multitud de establecimientos complementarios entre sí con una importante variedad en la oferta en todos los sentidos. Tales como el textil y la moda de El Globo, González Blanco, Peceño, René, La Galaica, Almacenes Batista, El Kilo; la tecnología de Visanta, Laly, Gaby, Orly o Maya; la perfumería de Víctor González y Galerías Preciados, Los Reunidos, El Palacio de los Juguetes o La Casa Portuguesa, Arvelo; el calzado de Regia, La Campana, Lurueña, Eureka o El Zapatito de Oro; el menaje de Firpe o Alberto Martín o Galerías Laguna, la joyería Purriños o la Óptica Rieu; el Estanco Conchita o la Expendeduría de Sixto, Bolsos Ravelo o Bazar Moderno, Armando Santana, Nortisol y los Deportes Lovero, Encinoso o Crédito Rex.
Ese mix comercial de fines de semana se complementaba con los cines Víctor, Rex, Cinematógrafo Yaiza Borges, Teatro Baudet, Price, posteriormente los multicines Greco y Oscar, etc., además de la oferta de restaurantes, heladerías, bares y cafeterías como La Flor de Alicante, Marpi, Viva María, Soto, El Imperial, La Garriga, British bar, Waikiki, El Retama, Mesón el Duque o Mesón Castellano, El Orche, o los churros en la Plaza de la Antigua Recova o en el Mercado, entre otros.
Desde nuestra Federación siempre hemos apoyado cualquier iniciativa que se desarrolle y redunde en dinamizar, creando riqueza y empleo en el municipio de Santa Cruz de Tenerife. Nos alegra saber que cada vez que hay cambios en los ayuntamientos, la sabia nueva trata de promover iniciativas que mejoren y fortalezcan el comercio.
Solicitamos que se realice un análisis serio de la situación comercial de la capital tinerfeña que estudie con respeto y seriedad así como con una importante capacidad de trabajo y rigurosidad a la hora de interesarse por el comercio, ya que dependen muchas familias y puestos de trabajo.
Aquellas nefastas políticas comerciales del pasado, la falta de relevo generacional en muchos casos, el cambio del ciclo económico, los errores cometidos o las nuevas tendencias de los consumidores dieron al traste con la gran oferta comercial diferenciada que tenía la capital tinerfeña, en la que los distintos regidores municipales no supieron ver lo que se venía y sólo se limitaron a subir impuestos, realizar recortes, quitar aparcamientos y perder así la pujanza no siendo valientes y dejando que los polos comerciales se desplazaran de lugar incluso fuera del municipio debido a la especulación urbanística.
Debemos ser conscientes, de aquellos barros hemos llegado a estos lodos y el perfil comercial ha cambiado. Las principales calles comerciales se han llenado de franquicias y tiendas de cadena, con alquileres más altos, costes superiores y una alta rotación de personal. Los polos de influencia han pasado a ser los parques comerciales que están fuera de los centros de las ciudades en los que incluso hay problemas importantes de acceso, de regulación de tráfico, colas debido a una deficiente planificación urbanística de la ciudad e incluso nuevos focos comerciales en toda la isla de Tenerife.
Con ese panorama y tras llegar la pandemia, fue el comercio local y de proximidad el que dio la talla y fue capaz de estar a la altura prestando el servicio y los productos que la ciudadanía necesitaba pese a las dificultades e impedimentos y la falta de productos. Ahora todo eso ya queda lejos y pasamos otra vez al olvido.
Los nuevos usos digitales y los hábitos de consumo han creado nuevas situaciones en las que el consumidor ya no valora la calidad y compra low-cost o por el contrario quiere pagar un sobrecoste por sentirse superior y exclusivo.
Las respuestas dadas hasta ahora por las distintas administraciones, en vez de realizar un verdadero diagnóstico de la realidad comercial, adecuado a la situación actual y las tendencias comerciales de los consumidores para el futuro, ha sido simplemente la de inyectar dinero directo con aplicaciones en bonos y similares que no crean valor comercial adicional y solo parchean los problemas del comercio.
Nos alegra saber que se pretende hacer una Mesa de Comercio en Santa Cruz de Tenerife y esperamos que se puedan realizar diagnósticos acertados a los principales problemas del sector comercial de la capital tinerfeña, con representantes cualificados, que puedan aportar su opinión y experiencia para obtener respuestas y acciones consensuadas que corrijan errores del pasado y planteen ideas e iniciativas de futuro para el bien de todos en el conjunto de todo el municipio de Santa Cruz de Tenerife.
Antonio Luis González Núñez
Presidente de Fedeco Canarias