Comunicacion

La criminalización del comercio y la hostelería

Desde el comienzo de la pandemia, el sector comercial y de la hostelería han sido uno de los grandes sectores perjudicados y los máximos señalados por las autoridades sanitarias como los principales focos de expansión del coronavirus, mientras observamos incrédulos las interminables imágenes de incumplimientos en otros muchos sectores, que ahora no vienen al caso comentarlos.

El comercio tradicional, por la proximidad con sus clientes, a seguido a pie juntillas todas y cada una de las indicaciones, recomendaciones y limitaciones impuestas por las autoridades sanitarias, que por otra parte no han dejado de confundirnos con los continuos cambios en la regulación, a los que igualmente nos hemos tenido que adaptar sin dejar a un lado los dispensadores de geles hidroalcohólicos, las limitaciones de aforo, señalización de espacios de entrada y salida del local, mamparas protectoras, cartelería, insistencia en el uso de la mascarilla, las mascarillas… en fin, de todo, absolutamente de todo.

En cuanto a la hostelería y en concreto a lo referido a la restauración, la obsesión es aún mayor si sumamos a todas las imposiciones anteriormente mencionadas, el cierre del interior de los locales, y todo esto a pesar de la ventilación y extracción de la mayoría de ellos, el cumplimiento de la limitación de aforo establecido, la distancia de seguridad entre mesas, incluso en algunos casos la instalación de mamparas de separación entre comensales. Cada propietario, encargado o camarero ha puesto con cada cliente todo el celo posible para cumplir y hacer cumplir todas las medidas como si se trataran de eternos vigilantes ante el despropósito de algunos, se tienen establecimientos y comercios seguros y responsables, no guarderías de personajes inconscientes.

El sector de la restauración lleva lanzando un SOS desde hace ya algún tiempo, no entienden de ninguna manera ¿cómo es posible que se mantengan abiertos otros espacios interiores con mucha más afluencia de público y sin control de acceso, geles y demás elementos de protección? Y no lo entienden porque sencillamente los niveles establecidos de control no pueden llevar aparejado el cierre interior de estos locales mientras el transporte público va abarrotado.

Se estima que en España cada 20 minutos cierra un comercio, cesa su actividad, y lo hace ante la falta de clientes o sencillamente porque las limitaciones han provocado que los clientes potenciales dejan de acudir a una simple terraza que, a pesar del esfuerzo por parte de algunos ayuntamientos por agilizar las licencias express, no es el lugar adecuado o no están aliviando la merma interminable de ingresos.

Las ayudas directas, bienvenidas sean, para devolver el dinero al Gobierno

Y es que a pesar del cierre por fuerza mayor, por falta de clientes e ingresos, no nos eximen de continuar haciendo frente a las obligaciones fiscales y gastos generales generados en cualquier negocio, por lo que las ayudas directas –que por otra parte son bienvenidas pese al retraso- solo están sirviendo para pagarle al Gobierno los impuestos que vienen devengados por la actividad que se supone que estamos generando, es decir, una especie de timo encubierto en ayudas que a los sectores implicados no nos sirve para que mañana, por ejemplo, toquen en la puerta de tu casa los rescatados de la pasada crisis con corbata y también protegidos por el gobierno para que nos “roben” por falta de pago los bienes que tanto nos ha costado conseguir.

Debemos y queremos seguir luchado para que el Gobierno entienda que no hay ningún estudio que demuestre que el cierre del interior de los locales de restauración hayan provocado el aumento de casos o la expansión del coronavirus, el claro ejemplo lo hemos tenido tanto en el periodo de; Navidades, Carnavales y ahora recientenente en Semana Santa.
Vacunar y vacunar no será la panacea pero si el respiro para que muchos puedan volver a ganarse la vida decentemente, con el sacrificio y el sudor de su frente.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco Canarias

La crisis del Canal de Suez afectará al comercio mundial

Las últimas noticias para el comercio mundial resultaban estremecedoras, después de que el “megabuque” portacontenedores, el Ever Given, embarrancara dejando bloqueado el Canal de Suez, desde el pasado martes 23 de marzo, siendo esta una de las principales arterias del transporte marítimo mundial. Afortunadamente, tras varios días de lucha, se ha conseguido “reflotar” parcialmente y permitir que la serpiente de barcos, la mayoría buques mercantes, vuelvan a transitar por este canal de vital importancia para la economía mundial.

Se estimaba que cada día de la semana de parálisis suponía más de 8.000 millones de euros para el comercio mundial. Si se hubiera alargado en el tiempo esta parálisis y los consecuentes retrasos, sería la puntilla para el comercio mundial, aunque es cierto que falta conocer las auténticas consecuencias.

La tan deseada recuperación económica para este 2021 podría verse comprometida ya que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha advertido que por la pandemia el intercambio de mercancías había sufrido una caída de -9,2% en 2020 y se confiaba en una recuperación para 2021 de un 7,2% siempre que la vacunación fuese a buen ritmo, no hubieran más olas de contagios o se produjeran interrupciones de suministros inesperados.

Para los consumidores las consecuencias de esta crisis logística en el Canal de Suez están todavía por determinar. Habrá importantes pérdidas para el comercio. Ya que se producirá una importante parálisis y falta de productos una vez que se acaben las materias primas en destino, que lleguen a los consumidores.

Una vez resuelta la situación los puertos tendrán un pico de trabajo al llegar toda la mercancía retrasada y se saturaran. Las rutas logísticas están planificadas por semana y estos retrasos se trasmitirán a toda la cadena de reparto y se producirán roturas de stock y los consumidores finales lo sentirán de manera inminente.

El megabuque Ever Given, fletado por la empresa de Taiwan “Evergreen Line” es uno de los buques de transporte de contenedores más grandes del mundo, tiene 400 metros de eslora y 59 metros de manga, transporta 225.000 toneladas en la ruta de China al puerto de Rotterdam con su accidente ha provocado una crisis mundial del comercio que en los próximos días alertará de cambios en las rutas del transporte de mercancías y ya hay materias primas que se ha dado el aviso de que sufrirán retrasos, hablamos de café, pasta de madera para fabricar papel higiénico, o hasta componentes básicos para la fabricación de las vacunas.

Este tipo de sucesos, dejan de manifiesto las deficiencias del modelo económico que pese a la digitalización del mundo y a la globalización esta sólo funciona si pueden trasportarse los productos y materias primas de un lugar a otro del planeta y además alerta de la necesidad imperiosa de duplicar el cauce del canal de Suez como alternativa futura para garantizar el tráfico mundial de mercancías.Si nos preguntamos cómo va a afectar este retraso a Canarias, pues con carácter general, suponemos que igual que a otros territorios del planeta y serán importantes los retrasos ya que dejaran en evidencia también la fragilidad de nuestro sistema portuario y la alta dependencia del archipiélago de las mercancías del exterior.

Toda crisis siempre implica oportunidad y si para Onassis fue una oportunidad el bloqueo del Canal de Suez en el conflicto de 1956, y pese a estar bloqueado por Estados Unidos, logró ser quien realizara la ruta de Sudáfrica con sus buques para que el petróleo llegara del Golfo Pérsico hacia Estados Unidos aumentando los costes de transporte pero dando una solución logística al desbloquear el comercio que le produjo importantes beneficios. En esta ocasión y por las previsiones de mercado, todo se ha confabulado para que en muy poco tiempo aparezcan nuevas figuras que den solución al conflicto y se embolsen importantes ingresos a su cuenta de resultados.

Hace unas semanas en una reunión empresarial con motivo de una comisión en la que estamos integrados en esta federación, tuve que defender una postura que no agradó a los asistentes.

Poníamos de manifiesto los retrasos que se están dando en el sector comercial con motivo de los efectos de la pandemia, si bien la alimentación en estos tiempos ha sido la prioridad del servicio para garantizar los repartos y evitar posibles problemas de desabastecimiento que no son reales, ya que está garantizado el suministro, el resto de mercancías estaban sufriendo en según qué sectores algunos retrasos, hablamos de construcción, de mercancías no perecederas y hasta documentación, hablamos de comercio local y venta de libros. Hablamos de que las oficinas de correos están saturadas con colas interminables ya no solo por las entregas de mercancía procedente de asía aparte de los tramites normales del servicio postal.

Estos retrasos eran producidos por la necesidad de priorizar en esta época a la hora de realizar las entregas de mercancías. Las perecederas, las urgentes, las prioritarias, las importantes y el resto, esta organización en la logística viene derivado de las necesidades de los consumidores. Las empresas y el sistema vienen a tratar de adaptarse para dar respuesta a las necesidades de la población en estos tiempos.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco Canarias

La pandemia ha unido al comercio tinerfeño

La pandemia ha traído consigo unas consecuencias realmente desoladoras en cuanto al número de personas que desgraciadamente ya no se encuentran entre nosotros; ha provocado un sisma económico tan solo comparable al crack del 29; nos ha alejado y vaciado las islas de turistas, pero y aunque sea difícil de creer, no todo ha sido malo en lo referente a la Covid19. Algunas actividades han tenido la oportunidad de desarrollarse y salir del retraso y el letargo acumulado, hemos dado un importante salto tecnológico, ya no solo hablamos de tele trabajar sino de actividades que se han digitalizado y se han desarrollo por los efectos derivados del Covid 19.

En el terreno comercial el sector ha tenido que sufrir importantes cambios para adaptarse a la realidad del mercado, cumplir los protocolos y normativas para prestar los servicios con la mayor calidad posible pese a las restricciones y la nueva realidad de cumplir con aforos, hidrogeles, esperas, colas… incluso muchos comercios se han quedado por el camino y no han podido aguantar los terribles efectos económicos derivados de la crisis sanitaria.

Durante todo este tiempo ha surgido una interesante corriente de opinión en nuestra isla entorno al comercio, un movimiento que se ha unido como foro de discusión para poner en común los puntos de vista, los problemas y las necesidades del sector por encima de siglas y credos. Un grupo heterogéneo donde se reúnen todos los presidentes de las organizaciones locales de comerciantes de la isla tinerfeña y están representadas sus distintas sensibilidades.

Nuestra federación es unos de los actores participes de esta entusiasta iniciativa en la que muchos presidentes de las asociaciones integradas participan activamente y dignifican el trabajo por la unidad del comercio y así luchar entre todos por aportar sus granitos de arena para lograr salir cuanto antes de la crisis y reactivar nuestra economía local.

Una iniciativa que pone en valor todo el gran trabajo de las distintas asociaciones de comercio de nuestra isla para con sus asociados, que han perdido de media en torno al 15-25% de su facturación por la pandemia, dando servicios a sus clientes y dejando en evidencia a quienes solo están en el mundo empresarial para el postureo y el cobro de subvenciones de comercio.

El pequeño comercio ha sido crucial en los momentos de pandemia demostrando estar a la altura de las circunstancias, dando respuesta a las necesidades de la sociedad cuando más lo necesitaban en clave de servicio de cercanía y proximidad. Demostrando que el comercio que representa en torno al 21% del empleo y casi el 25% del PIB de nuestra comunidad sigue siendo esencial a la hora de arrimar el hombro para salir cuanto antes de la crisis. Creando riqueza y empleo y ayudando a que en lo más duro de la pandemia a nadie le faltara de nada.

Durante muchos años, el comercio en nuestra isla decidió ir solos para llegar más rápido y ser los primeros para todo, ahora y con el paso del tiempo y la situación económica, ha cambiado el ciclo. Hay otra corriente en la que prefieren ir todos juntos para llegar más lejos. Todavía están a tiempo de decidir donde posicionarse, mantener el “estatus quo” y seguir tensionando el ecosistema comercial, las instituciones y ser el primero en todo pasando por encima de todos o cambiar el chip, dejar el camino libre, retirarse y compartir el camino, dejar de estar enfrentados los unos con los otros y ayudar todos en la misma dirección.

El comercio ya no acepta más personalismos y las nuevas generaciones imponen sus ideas, ritmo y reglas, la tecnología y un nuevo talante lo invade todo; nosotros ya estamos preparados para ese salto generacional de calidad que necesita el comercio para seguir siendo competitivos y queremos ser testigos de los efectos positivos de esa nueva era.

Contamos con el apoyo de todos para lograr que sea una realidad consolidada y pese a las embestidas e intentos de desestabilización, que sean conscientes que no se puede tapar el sol con un dedo y esta revolución imparable es cuestión de tiempo que logre la simpatía y el apoyo de todos para lograr que sea una realidad que la pandemia haya unido al comercio tinerfeño.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco Canarias